YOGASUTRAS DE PATANJALI



LIBRO UNO: SAMADHI PADA

Yoga es la Singularidad ineludible que subyace y contextualiza todo lo que existe. Yoga se experimenta como un Estado temporal de Conciencia de Unidad cuando la mente ya no rehuye la singularidad de la conciencia hacia la división sujeto objeto. Esta ausencia de identificación disuelve la impresión del yo individual.

La actividad mental incluye conocer, proyectar, conceptuar, imaginar y recordar. Pueden ser fructíferos o no.

El conocimiento puede basarse en percepción directa, deducción o testimonio fiable. La proyección es una distorsión basada en suposiciones o prejuicios inconscientes. Los conceptos son categorizaciones abstractas derivadas del campo perceptual. Imaginar es el juego creativo de ideas e imágenes, generalmente inconsciente. Los recuerdos son memorias filtradas de experiencias anteriores.

El rehuir cesa cuando la inteligencia, serenamente despreocupada con lo que está aparentemente sucediendo, se vuelve plenamente presente. Estar plenamente presente es el asentamiento de inteligencia en lo que está ocurriendo de hecho. Se vuelve el estado natural una vez que se familiarizan sus deleites.

La despreocupación serena es una ecuanimidad que descansa en estar completamente despreocupado ante cualquier elemento manifiesto de la experiencia. Cuando esta serenidad se extiende también a los fundamentos sutiles de la experiencia, la Autorrealización se vuelve posible; a través de intimidad con cognición, percepción, conciencia y consciencia.* (awareness & consciousness / individual y universal)

Esta intimidad con la inteligencia pacifica y absorbe los pensamientos y sentimientos molestos que surgen del condicionamiento inconsciente generado por rehuir la experiencia. Apego a la intimidad con la inteligencia puede causar alienación de los retos de la vida cotidiana.

La Autorrealización es el Estado de Ser de Yoga. Es sustentada por fe, aplicación, atención plena, iluminación meditativa y vislumbre o intuición espiritual. Lo esquiva que sea depende de la intensidad del anhelo de libertad. Este anhelo puede ser leve, moderado o intenso. La rendición o entrega en la inteligencia de consciencia es el umbral de la Auto-realización.

La inteligencia de consciencia es la esencia del yo. No es condicionada por la acción y no es afectada por su identificación con el cuerpomente. Es el gurú de los ancestros y la fuente de inteligencia intuitiva, no está limitada por tiempo, lugar ni circunstancia. La inteligencia de consciencia resuena como la frecuencia vibracional universal "aum". Lo significativo de esta frecuencia no local se vuelve clara por medio de su repetición, que disuelve los pensamientos y sentimientos condicionados que dificultan la interiorización de inteligencia.

La enfermedad, languidez, la duda, el descuido, el letargo, autoindulgencia, el mal entendimiento y la falta de fundamento desestabilizan la mente. Están acompañadas de respiración inestable, insatisfacción, distracción e inquietud, y son disipadas por el enfoque singular de Presencia.

Una mente estable es inestimable, y lleva a la libertad de apego por medio de la luminosidad serena de conciencia sin objeto. La actividad mental se estabiliza por empatía, compasión, contento, ecuanimidad, la liberación de la exhalación, intuiciones derivadas de dormir y vislumbres meditativas.

La actividad mental disminuye hasta una transparencia cristalina cuando sujeto, objeto y percepción se disuelven entre sí. Esta disolución de la división perceptual es conceptual cuando queda pensamiento. Es no-conceptual cuando, incondicionada por las memorias, la apariencia exterior de un objeto irradia la singular significación de la vacuidad en Samadhi Condicional.

Finalmente, mientras las disoluciones más sutiles de samadhi deconstruyen las raíces interpretativas de la percepción, la naturaleza sutil de un objeto se vuelve evidente.

En la lucidez más allá de lo sutil, la naturaleza verdadera de cualquier objeto se revela como una frecuencia localizada de consciencia no local. Esta iluminación da Samadhi Incondicional. Su oscuridad iluminadora eclipsa todo aprendizaje y experiencia, condicionando el inconsciente con la sabiduría que necesita la libertad.

 

LIBRO DOS: SADHANA-PADA

La práctica de yoga es la auto-indagación apasionada que conlleva a la rendición o entrega absoluta. Socava las ataduras del yo, por medio de Iluminación Meditativa.

Estas ataduras son: la ignorancia espiritual, la individuación, el apego, la aversión y la identificación. Ignorancia espiritual es tomar lo temporal, inauténtico, insatisfactorio e irreal como si fuera permanente, auténtico, satisfactorio y real. Ésta puede ser latente, débil, restringida o fuerte y es el campo de las otras ataduras que sostienen el sentido del yo.

La individuación es el proceso en el cual la inteligencia se identifica a sí misma como un sujeto percibidor separado e independiente de sus objetos percibidos, al localizarse consciencia en el cuerpomente.

El apego a objetos, experiencias y situaciones resulta de la experiencia del placer asociado con ellos.

La aversión a objetos, experiencias y situaciones resulta de la experiencia del dolor asociado con ellos.

La identificación de la no-localidad incondicional de consciencia con el contenido condicionado de su actividad localizada es aferrarse a sí mismo. Está profundamente arraigada, incluso en los sabios.

El poder sutil de estas ataduras se eclipsa cuando ya no hay ninguna identificación con aspecto alguno de la experiencia. La actividad mental perturbadora causada por ellas es eclipsada por Revelación Meditativa. Hasta entonces, sostienen las raíces profundas que subyacen a las continuidades en curso de la experiencia personal, las cuales pueden ser angustiosas o deleitables, dependiendo de la cualidad de su causalidad inmediata.

Alejarse de la singularidad de conciencia hacia el sentido del yo individual no puede proporcionar satisfacción. Tampoco los impulsos condicionados del inconsciente que resultan de ello. En su lugar, mantienen resistencia a la completitud que sólo puede causar angustia. Esta angustia puede ser eclipsada cuando la completitud ya no es ocultada por la separación del que ve de lo visto en su relación aparente.

Lo visto es una proyección mental. Se basa en proyectar características concretas sobre las frecuencias sutiles de consciencia. Estas proyecciones pueden llevar a la libertad, así como a la experiencia. El que ve, o sentido del yo, surge sólo en reacción a los impulsos inestables que surgen del condicionamiento de las impresiones inconscientes.

El que ve y lo visto, el yo y el otro toman su forma sólo en relación el uno al otro. Esa relación es una apariencia causada por ignorancia espiritual. Cuando la ignorancia espiritual se disuelve esa relación se disuelve en la inteligencia integrada de Sin- otredad.* (Otherlessness / cualidad de sin otro)

Esto tiene lugar en la luminosidad de conciencia no-dual sostenida. Este es el fruto final de la visión espiritual que se ha profundizado a través de etapas progresivas.

Los ocho miembros de la praxis de yoga disuelven la fragmentación en la inteligencia integrada de conciencia no dual: yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi.

Yama es sensibilidad, honestidad, apertura, intimidad y generosidad. Es la expresión natural de inteligencia integrada en todas las circunstancias.

Niyama es autenticidad, ecuanimidad, pasión, auto-indagación, rendición.

Estas diez cualidades erosionan los pensamientos insatisfactorios e ilusorios que surgen de la codicia, la ira y la confusión. Entonces esos pensamientos molestos y sus reacciones se disuelven en el poder de inteligencia integrada.

La sensibilidad fomenta amor.
La honestidad lleva a la realización. La apertura confiere abundancia. La intimidad genera vitalidad.
La generosidad invita altruismo.

La autenticidad otorga desapego, independencia, integridad, gozo, compromiso, libertad interna y autoconocimiento.
La ecuanimidad aporta confianza incondicional.
La pasión refina la percepción.

La autoindagación revela la ausencia de elección.
La rendición ilumina la inteligencia.
Asana es estabilidad física relajada. Dentro de la ausencia de esfuerzo en el esfuerzo, la experiencia finita del cuerpo se disuelve en cualidad sin-forma más allá de sus dualidades estructurales y funcionales.

En asana, Pranayama es intimidad con las características fenoménicas de la respiración que la libera de sus dualidades. Entonces, se vuelve sutil y libre interiorizando inteligencia e iniciando la Mente Meditativa.

En Pratyahara, la inteligencia deja de proyectar fenómenos externos e inalterada por los datos sensoriales se asienta en su actividad generalmente subconsciente.



LIBRO TRES: VIBHUTI-PADA

Dharana es Suspensión Meditativa: dentro de la cual la actividad mental está suspendida dentro de una única impresión perceptual.

Dhyana es Revelación Meditativa: dentro de la cual una impresión perceptiva suspendida revela sus profundidades y sutilezas.

Samadhi es Iluminación Meditativa: dentro de la cual la apariencia exterior irradia la singular significación de la vacuidad.

Dharana, Dhyana y Samadhi son las frecuencias principales de la Mente Meditativa, que permiten ver a través de las capas de proyección mental. Su despliegue es rítmico y madura en las iluminaciones de vislumbre no dual que surgen intuitivamente de la inteligencia de la consciencia.

La Mente Meditativa es el estado natural de inteligencia, dentro del cual la inteligencia de la mente ayuda más que dificultar la inteligencia de consciencia. Se accede a través de interiorización de conciencia.

 

La Mente Meditativa está en la conciencia coherente de unicidad cuando la conciencia consciente se establece en el espacio entre una impresión que se desvanece y un impulso que emerge.

La Mente Meditativa está en la conciencia coherente de iluminación cuando la objetuedad desaparece en la unicidad de la inteligencia.

La Mente Meditativa está en la conciencia coherente de rendición cuando el flujo de impulsos que surgen del subconsciente es absorbido en la presencia de conciencia antes de que puedan generar impresiones en la mente. La tranquilidad profunda que causa esto fundamenta la inteligencia de la mente en la inteligencia de consciencia.

Estas tres frecuencias de conciencia coherente revelan la verdadera naturaleza de cualquier impresión perceptual lo cual incluye su forma perceptual, sus implicaciones conductuales y su contexto originador. La distinción entre estas características estructurales, temporales y condicionales de una impresión perceptiva subyace a las frecuencias coherentes de la Mente Meditativa. Intimidad con su carácter distintivo revela la significación de pasado y futuro, y su coexistencia dentro del presente.

Intimidad con la distinción entre el impulso perceptivo que surge del condicionamiento inconsciente, la forma que toma en la mente y el significado que se le da proporciona una visión de la naturaleza supeditada de todos los fenómenos. Intimidad con la dinámica del subconsciente libera la inteligencia de su condicionamiento local de manera que la información no local contenida en la inteligencia de consciencia se vuelve disponible como entendimiento y acción intuitivos.

Intimidad con la naturaleza acausal de la acción revela la universalidad de la necesidad que sustenta todos los acontecimientos, situaciones, acciones, pensamientos, sentimientos y percepciones.

Intimidad con la empatía, la compasión y otras cualidades desarrolla su poder.

Intimidad con la forma del cuerpo la vuelve imperceptible, mientras se disuelve la claridad de su presencia completamente y desaparecen todos los fenómenos sensoriales.

La intimidad con los vórtices, ritmos, corrientes y mareas sutiles de las luminosidades interiores del cuerpo lo establece en coherencia radiante. Su naturaleza y propiedades sutiles como expresión local de conciencia no local son descubiertas y la inteligencia de consciencia se vuelve disponible como intuición infalible. Del mismo modo la inteligencia local de la mente es iluminada solo cuando está integrada dentro de la inteligencia no-local de consciencia.

Intimidad con el Yo disuelve las raíces proyectadas de la experiencia a medida que consciencia es distinguida de su luminosidad y del resplandor de percepciones sensoriales realzadas que obstaculizan la iluminación pero que pueden ser útiles en la experiencia cotidiana.

Estas experiencias liberan la inteligencia de la mente de las restricciones localizadas impuestas por la corporeidad, hasta la inteligencia sin restricciones de consciencia.

Intimidad con las sutilezas del sonido interno revela la vibración universalmente resonante de consciencia no local, liberando vislumbres iluminadas hasta un entendimiento sutil, elusivo y no localizado.

Intimidad con la significación de la conexión entre las formas burdas y sutiles y las apariencias da libertad interior, mientras la insubstancialidad de la forma aparente se aclara.

Intimidad con la interrelacionada significación de la agencia, el sentido del yo y la individuación calma los sentidos, soltando los antojos de la mente de su condicionamiento local.

Conciencia de la distinción entre el Yo y la luminosidad de consciencia facilita el acceso a todos los estados y todo entendimiento.

Cuando los estados y entendimiento exaltados ya no son de ningún interés, el sentido condicionado del yo separado se disuelve en Sin-otredad, mientras que conciencia de la distinción sutil entre el Yo y la luminosidad resuelve la confusión fenoménica.

La bendición de la Sin-otredad no extiende ninguna invitación al orgullo ni al apego pues no les queda nada a lo que adherirse ya que la programación condicionada que sostuvo el sentido del yo ha sido completamente desmantelada.

Intimidad con la secuencia del tiempo activa la conciencia no-dual de consciencia que es holográfica, no local y atemporal. Dentro de esto la naturaleza proyectada de las características fenoménicas se vuelve clara, y se establece la Sin-otredad.

 

LIBRO CUATRO: KAIVALYA-PADA

La Matriz de la Totalidad es intrínsecamente coherente y completa en sí. Todos los fenómenos perceptibles son transformaciones aparentes en su infinitud. El agente aparente no es la fuerza impulsora de su actividad, sino meramente el foco fertilizador de la necesidad.

Al identificarse con su instrumento local, la no-localidad intrínseca de Consciencia toma la forma de una mente aparentemente independiente y autónoma. Este es el contexto en el que tiene lugar la individuación.

La actividad local de consciencia no local crea la ilusión de múltiples fuentes de consciencia. Esta ilusión se ve y detecta en la Revelación Meditativa, en la que los fenómenos percibidos se resuelven a través de sus particularidades condicionadas en la singularidad contextualizadora de la Totalidad, de la que son expresiones momentáneas.

Mientras que las de los otros son tomadas personalmente, las acciones de un yogin son no-duales y expresan solamente condicionamiento conductual impersonal sin identificarse con un yo personal. Estas tendencias de comportamiento se expresan en respuesta a circunstancia resonante mientras quede su programación subyacente.

Debido a la naturaleza atemporal de la Matriz de la Totalidad, las tendencias e impresiones inconscientes tampoco tienen un principio. Se vuelven latentes cuando ya no se identifica más con la infraestructura local de acción, impacto y causalidad.

El pasado y el futuro sólo existen como impresiones. Son proyectados en la singularidad instantánea de consciencia por transformaciones toscas y sutiles en sus expresiones formales.

Inmensurable e indefinible cuando no es percibido, cualquier fenómeno experimentado es conocido por cada mente acorde a su condicionamiento experiencial único. La verdadera naturaleza de cualquier fenómeno es la Totalidad de la Matriz, la singularidad no local desde la que se multiplica aparentemente en la separación de mentes y fenómenos a través de la localización.

La actividad continuamente cambiante de la mente consciente no se revela por su propio poder. Es el objeto de la inteligencia de consciencia que no cambia. Ni la inteligencia de la mente consciente ni la inteligencia de la consciencia pueden entenderse claramente mientras se identifiquen entre sí.

La inteligencia de consciencia es identificada con la mente consciente por medio de la consistencia de las memorias inconscientes que forman la base de la identidad aparente. Todos los fenómenos experienciales son un condicionamiento de la consciencia en la polarización sujeto/objeto de la división perceptual. La consciencia sólo puede conocerse a si misma a través de los objetos que genera en la mente consciente.

Aunque contiene muchos programas subconscientes que son únicos, la mente es una expresión localizada de consciencia sin identidad personal intrínseca.
Cuando la programación profunda que condicionó la experiencia fenoménica se disipa, la identificación se disuelve en la luminosidad de conciencia no dual. Entonces el sentido del yo se evapora en el movimiento de inteligencia sin restricción.

A la larga, el poder subconsciente de la programación de la conducta es apaciguado totalmente en el rocío quintaesencial de conciencia no dual. Esta luminosa revelación de la inteligencia de consciencia no condicionada ni local, localizando, disuelve las limitaciones condicionadas de la percepción. Esto no deja nada que no pueda conocerse, al perder su aparente significación la secuencialidad lineal del tiempo y sus interconexiones causales.

Finalmente, sin identificarse ni siquiera con el aspecto más sutil de la fenomenalidad, el Yo es despojado de toda relevancia y se disuelve en la Sin-Otredad como Conscienciaenergía.

El texto de los Yogasutras descodificado

por Godfrey Devereux
Traducido e interpretado por José Luis Cabezas

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para una versión anotada y explicada:
YOGA DESCODIFICADO

para una interpretación exhaustiva de los Yogasutras:

YOGA DESVELADO

una guía del usuario de los Yoga Sutras de Patanjali
por Godfrey Devereux

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